21 de julio de 2009

Productividad vs. Subvencionismo

Estamos en horas críticas en las empresas españolas, pero aquí seguimos con las mismas cantinelas de hace muchos años. A los políticos se les llena la boca a la hora de hablar de innovación y de que su región, su pueblo, su... "reino de taifas" está muy bien y que vamos a salir airosos de la crisis. ¡Y una ......! (con perdón)

O cambiamos de actitud o no subimos ni un peldaño. Ahora tenemos a "los agentes sociales" discutiendo y discutiendo, para ver quién es el primero que se levanta de la mesas y así los demás echarle la culpa a ese por haberse movido del sitio.

Sólo se buscan políticas de subvenciones y similares, pero nada de activar y dinamizar la economía. Todas esas inversiones que están haciéndose en los pueblos y ciudades Plan E (con Ñ) es pan para hoy y hambre para mañana. Cuando se acaben las obras ¿QUÉ? Al paro de nuevo y todo el dinero ha servido para poner bonita una acera u otra cosa similar. En vez de haber pensado en generar empresas productivas que nos ayuden a exportar y ser competitivos.

La competitividad y la salida de la crisis nos tiene que venir apoyada por un fuerte incremento de la productividad en las empresas y mientras los sindicatos no entiendan esto y se convierta en una bandera que la enarbolen ellos, y no solamente los empresarios, lo llevaremos muy mal.

Nuestras empresas no se pueden soportar con unos índices de productividad inferiores entre un 15 y un 30% por debajo de las empresas europeas. No somos competitivos, porque ya no somos baratos.

El otro gran caballo de batalla es el absentismo que encubre una merma de productividad inimaginable, que además la mayoría de las empresas no saben calcularlo y las que lo saben prefieren no saberlo porque se quedan asustadas de los índices que les salen. Aquí también los sindicatos pasan. Nuestros índices de absentismo laboral puede estar rondando tranquilamente el 10 ó el 15%, bien medido. Imagínense qué costes supone esto a una empresa.

Algunos todavía quieren pedir incrementos salariales, reducción de jornada, etc., etc.

Todo ese pasotismo sindical en mejorar los índices de productividad y absentismo se vuelve en contra de sus propios objetivos y, es más, perjudica a los buenos trabajadores frente a los vagos y pasotas (mas bien, caraduras y aprovechados). ¡Eso sí que tendría que ser una lucha sin cuartel de los sindicatos!

Pero amigos, aquí surge el gran dilema, resulta que muchos de éstos se encuentran entre los "llamados" representantes de los trabajadores y son muchos de éstos los que menos luchan por sus compañeros y los que provocan el mayor absentismo laboral y promueven la falta de productividad incitando a otros trabajadores a no rendir bien y no crear "malos ejemplos". El primer gran reto que deberían afrontar los sindicatos es en mejorar a sus representantes y que sean modelos de trabajadores.

Señores de los Sindicatos, señores Representantes de los Trabajadores, una empresa con índices de productividad altos crea empleo, mantiene los empleos, crece, es competitiva y obliga al resto a actuar de forma similar. Los 400 y pico de euros que han sacado del Gobierno durante seis meses para los parados sin paro, no sirven ni para dar de comer y vestir a una familia de cuatro miembros. Utilicen ese dinero para producir y hacer que la gente se forme o que produzca.


¡Ayuden a conseguir el éxito de las empresas!
¡Ayuden a las empresas a ser más productivas!

Así sí tendremos empleos seguros y empresas saneadas, que al final es lo que nos interesa a todos.

Buenos días.

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